PENTECOSTÉS 2007
CANTO: ESPERANDO A MARÍA
1. El Señor ha estado grande, a Jesús resucitó,
con María sus hermanos, entendieron qué pasó.
Como el viento que da vida, el Espíritu sopló,
y aquella fe incierta en firmeza se cambió.
GLORIA AL SEÑOR, ES NUESTRA ESPERANZA,
Y CON MARÍA SE HACE VIDA SU PALABRA.
GLORIA AL SEÑOR, PORQUE EN EL SILENCIO
GUARDO LA FE SENCILLA Y GRANDE CON AMOR.
2. Pues sus ojos se abrieron y también su corazón,
la tristeza fue alegría, fue su gozo el dolor.
Esperando con María se llenaron del Señor,
porque Dios está presente si esta limpio el corazón.
3. Nuestro tiempo es tiempo nuevo
cada vez que sale el sol
y escuchamos su Palabra, fuerza viva de su amor.
Que disipa las tinieblas y aleja del temor.
Se hacen fuertes nuestras manos
con la Madre del Señor.
MONICIÓN DE ENTRADA
Los discípulos estaban en una casa, con las puertas cerradas,
confusos, atemorizados, paralizados. Habían acompañado a Jesús,
habían escuchado sus palabras, habían contemplado sus signos,
incluso le habían experimentado resucitado. Sin embargo, dejados a
sus solas fuerzas se sentían desolados, huérfanos, incapaces de abrir
las puertas y salir a sembrar el Reino que en Jesús había comenzado,
aquella presencia de Dios que había irrumpido en la historia y
que ahora parecía haberse desvanecido.
Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, 27 de mayo de 2007
Era necesario aquel viento y el fuego, aquella presencia viva, activa,
contundente del Espíritu Santo, el mismo que Jesús les había prometido,
y que se derramó con abundancia en sus corazones. Fue Él, el Espíritu
Santo, quien los convirtió en verdaderos Apóstoles, en auténticas semillas
del Reino. El mismo Espíritu Santo que puede transformar nuestras
vidas, tantas veces también adormecidas, desorientadas, acobardadas,
en humildes pero fructíferas semillas del Reino.
Abramos nuestros corazones al Espíritu Santo. Demasiadas veces
confiamos en nuestros planes, en nuestros proyectos, en nuestras fuerzas.
Sólo el Espíritu Santo habitando en nuestros corazones puede
hacer de nuestras vidas, pequeñas pero auténticas semillas del Reino.
LECTURA PRIMERA
La profetizada abundancia del Espíritu en los días del Mesías
tiene su cumplimiento en Pentecostés, de manera desbordante. A partir
de entonces el cielo sigue abierto y el Espíritu no deja de derramarse
sobre toda carne.
Lectura del Profeta Joel 2, 2832.
Así dice el Señor Dios: Derramaré mi espíritu sobre toda carne:
profetizarán vuestros hijos e hijas, vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones. También sobre mis siervos y siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días. Haré prodigios en el cielo y en
la tierra: sangre, fuego, columnas de humo. El sol se entenebrecerá, la
luna se pondrá color sangre, antes de que llegue el día del Señor,
grande y terrible. Cuantos invoquen el nombre del Señor se salvarán.
Porque en el monte Sión y en Jerusalén quedará un resto; como lo ha
prometido el Señor a los supervivientes que llamó.
Palabra de Dios.
CANTO: VEN, ESPÍRITU DE DIOS
VEN ESPÍRITU DE DIOS SOBRE MI,
ME ABRO A TU PRESENCIA,
CAMBIARÁS MI CORAZÓN. (BIS)
Toca mi debilidad, toma todo lo que soy.
pongo mi vida en tus manos y mi fe.
Poco a poco llegarás a inundarme de tu luz.
Tú cambiarás mi pasado. Cantaré.
Quiero ser signo de paz. Quiero compartir mi ser.
Yo necesito tu fuerza, tu valor. Quiero proclamarte a ti.
Ser testigo de tu amor. Entra y transforma mi vida.
¡Ven a mí!
LECTURA SEGUNDA
Poseemos las primicias del Espíritu, que nos consuela y fortalece,
pero ansiamos plenitud, anhelamos una liberación completa de la
creación entera. Por eso vivimos en tensión de esperanza, porque en
esperanza fuimos salvados.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 22-27.
Hermanos: Sabemos que hasta hoy la creación entera está
gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros,
que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro
interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de
nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza
que se ve, ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno
aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos con
perseverancia. Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra
debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y
que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios
CANTO: SÍ, JESÚS
SÍ, JESÚS, YO QUIERO ESCUCHAR TU EVANGELIO Y ASUMIR
TODO SU RIESGO, FIADO DE TI, CON ALEGRÍA Y CON PAZ.
TODO SU RIESGO, FIADO DE TI, VALE LA PENA ARRIESGAR
Yo quiero seguir….
Yo quiero anunciar
LECTURA EVANGELIO
Nuestra imaginación y nuestro deseo de éxito nos hace soñar,
como a los Apóstoles, con grandezas, triunfos, laureles y reconocimientos.
Sin embargo el Reino se abre paso con pequeñas semillas
que, eso sí, han de morir para dar fruto.
Lectura del Evangelio según San Mateo 13,31-33
Jesús les propuso otra parábola: “El reino de Dios es como un
grano de mostaza que toma un hombre y lo siembra en su campo. Es
la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece es la mayor
de las hortalizas y se hace árbol, de tal suerte que las aves vienen y
anidan en sus ramas”.
COMENTARIO
¿Conoces el tamaño de una semilla de mostaza? ¡Entre 1 y 1.5
mm! Es una cosa realmente insignificante, aparentemente. Luego
alcanza, por ejemplo en Palestina, hasta 3 o 4 metros de altura.
Así es el Reino de Dios, enseña Jesús: es una semillita que crece y
llega a ser un arbusto grande. El Reino está en las cosas pequeñas.
Esto significa que debemos tomar en serio nuestras ocasiones; todas
las oportunidades de que disponemos para hacer el bien; los momentos
que se nos presentan aquí y ahora. Quizás no sean grandes acontecimientos
o espectaculares acciones, pero precisamente porque son
humildes, pequeñas y comunes, están escondiendo la presencia del
Reino. En el fondo de las situaciones cotidianas de la vida brilla el
Reino de Dios. En la sonrisa a tiempo; en el gesto de la solidaridad;
en la amistad desinteresada; en ponerse junto al débil; en saber abrir
a tiempo una puerta... Cosas al fin y al cabo, tan pequeñas como una
semilla de mostaza.
SEMILLAS DEL REINO
(Puede servir cualquier sencilla dinámica que ayude a participar
y haya servido para que en los grupos se reflexione sobre el lema.
Pueden ser los mismos grupos los que hayan elegido las “semillas”
que se van a aportar a la Vigilia.)
Grupos niños-jóvenes-adultos han preparado “semillas de cartulina”
en donde han escrito hechos pequeños y sencillos en los que se
refleja como niñós-jóvenes-adultos siembran en la vida ordinaria esas
semillas. Hay que procurar que esos hechos vayan referidos a diferentes
espacios y situaciones en los que se desarrolla la vida de la persona.
Y que sean hechos bien sencillos de la vida ordinaria en los cuales
se hace patente la presencia del Reino, la presencia de Dios. Leen
el sencillo hecho y dejan la semilla en un espacio con tierra.
Si se considera oportuno se puede dejar un tiempo al final para
que espontáneamente quien quiera comparta algunas otras “semillas
del Reino”.
CANTO: ESPÍRITU SANTO, VEN
Entre la lectura de cada uno de los hechos (o varios) se puede ir
intercalando el estribillo o alguna de las estrofas del canto.
ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN. ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN.
ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN. EN EL NOMBRE DE JESÚS.
1. Acompáñame, condúceme, toda mi vida.
Santifícame, transfórmame. Espíritu Santo, ven.
2. Resucítame, conviérteme, todos los días.
Glorifícame, renuévame. Espíritu Santo, ven.
3. Fortaléceme, consuélame en mis pesares.
Resplandéceme, libérame. Espíritu Santo, ven.
ORACIÓN DE LOS FIELES
(Como símbolo se pueden encender el Cirio Pascual y de él ir encendiendo
una vela después de cada petición, mientras se canta)
El Espíritu Santo es el protagonista de la misión. Sin Él no hay
evangelización ni santificación. Sin Él no podemos llegar a ser semillas
del Reino. El apóstol necesita de esos regalos divinos para que su
vida dé auténtico fruto para el Reino.
San Pablo, en su carta a los Gálatas (5,22-23) nos describe el
fruto de una vida en el Espíritu. Vamos a pedir con confianza que
nuestras vidas den esos frutos, signo de la presencia del Espíritu.
1. Amor. Es el amor que enamora. Es el amor que transforma. Es
el amor que transciende. Es el amor que se entrega. El Espíritu
es el Amor de Dios derramado en nuestros corazones. Haznos,
Señor, semillas de tu Amor.
R:/ Canto: EL SEÑOR OS DARÁ SU ESPÍRITU SANTO,
YA NO TEMÁIS, ABRID EL CORAZÓN, DERRAMARÁ TODO SU
AMOR. (2)
2. Paz: El Espíritu huye de la violencia. Donde está el Espíritu hay
libertad y hay unión. Él es el abrazo de Dios, el que favorece
los encuentros, el que capacita para el perdón. Los que están
llenos del Espíritu lo ponen todo en común, hasta llegar a la
unidad consumada. Haznos, Señor, semillas de tu paz. R/
3. Paciencia: El Espíritu sostiene nuestra espera y esperanza. No
se trata de una paciencia insensible, sino gozosa y esperanzada.
En medio de las tensiones, pruebas y dificultades, el
Espíritu ora y gime en nosotros. Haznos, Señor, pacientes sembradores
de tu Reino. R/
4. Afabilidad: El Espíritu nos enseña a no tener malos modos, a
desterrar las groserías, a ofrecer siempre acogida amable, a
ser respetuoso con los demás, a poner cariño y calor en todas
nuestras relaciones, a ser delicados en nuestro trato. Haznos,
Señor, afables sembradores de tu Reino. R/
Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, 27 de mayo de 2007
5. Bondad: Quizá hoy no está de moda ser bueno. El Espíritu
nos libera de toda maldad, para que demos siempre buenos
frutos. La bondad es luminosa y se contagia. La persona
buena participa de la bondad y la santidad del Espíritu.
Haznos, Señor, semillas de tu Bondad. R/
6. Fidelidad: Quien lo recibe es fiel, es firme, es respetuoso, es
responsable. Fiel a la persona, fiel a la palabra, fiel a los compromisos.
En una persona fiel siempre se puede confiar.
Haznos, Señor, fieles sembradores de tu Reino. R/
7. Mansedumbre: Fácilmente nos dejamos arrebatar por la pasión
de la ira y la violencia. Perdemos el control en palabras y acciones.
No sabemos sobrellevar las adversidades y nos ponemos
nerviosos. El fruto de la mansedumbre, muy unido al de la
paciencia y el de la paz, conlleva el dominio de sí, que es libertad,
el respeto, la no-violencia, el perdón. No es pasiva, sino
liberadora. Haznos, Señor, mansos sembradores de tu Reino. R/
8. Templanza: Va relacionada con la austeridad y siempre es
saludable. Podemos utilizar y gozar de todas las cosas, pero
sin que ello nos quite libertad, sin que falsee el auténtico amor,
sin que nos impida ser solidarios. Haznos, Señor, sencillas
semillas de tu Reino. R/
CANTO:
EL ESPÍRITU DEL SEÑOR
EL SEÑOR OS DARA SU ESPÍRITU SANTO,
YA NO TEMAIS, ABRID EL CORAZÓN.
DERRAMARA TODO SU AMOR.
El transformara hoy vuestra vida. Os dará la fuerza para amar.
No perdáis vuestra esperanza, El os salvará.
El transformará todas las penas como a hijos os acogerá.
abrid vuestros corazones a la libertad.
Fortalecerá todo cansacio si al orar dejáis que os de su paz.
Brotará vuestra alabanza, El os hablará.
Abrid vuestros corazones a la libertad.
ORACIÓN POR EL REINO
Ayúdanos, Señor,
a ser semillas de tu Reino.
Enséñanos a despojarnos
de lo superfluo
y lo que no es necesario.
Ayúdanos a ser humildes y sencillos.
Queremos llegar a tu encuentro
y para eso hay que andar
ligero de equipaje,
apenas con lo puesto.
Queremos ser semillas de tu Reino,
y para ser semilla
hay que aprender a ser pequeño,
a concentrarse en lo esencial,
exponerse al riesgo de no ser
importante ni tenido en cuenta.
Simplemente entregar nuestra vida
y hacer lugar para tu proyecto,
así descubriremos, como María,
que cuando uno se brinda por entero,
la vida se transforma porque
el Dios de la Vida
comienza a nacer en nuestro interior,
para hacer de la existencia
una semilla del Reino.
PADRENUESTRO
Con la confianza de hijos pedimos ahora al Padre que su Reino
se haga realidad en nuestras vidas, en nuestro mundo. Y que nosotros
seamos humildes semillas de su presencia.
BENDICIÓN FINAL
El Dios, Padre bueno, que el día de Pentecostés iluminó las mentes
de sus discípulos derramando sobre ellos el Espíritu Santo, os alegre
con sus bendiciones y os colme de las bendiciones del Espíritu
consolador, R/ AMÉN.
Que el mismo Espíritu Santo que de manera admirable se posó
sobre los apóstoles encienda hoy su fuego en vuestros corazones y os
haga testigos del amor de Dios en el corazón del mundo, R/ AMÉN.
Que el Espíritu Santo os haga conscientes de la misión que habéis
recibido, os fortalezca en los momentos de dificultad, os mantenga
vigilantes en el servicio a los hermanos, impulse vuestra vida comunitaria
y avive vuestra esperanza, R/ AMÉN.
Y la bendición de Dios ...
CANTO: ID Y ENSEÑAD
Sois la semilla que ha de crecer,
sois estrella que ha de brillar.
Sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.
Sois la mañana que vuelve a nacer,
sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar.
ID, AMIGOS, POR EL MUNDO, ANUNCIANDO EL AMOR.
MENSAJEROS DE LA VIDA, DE LA PAZ Y EL PERDÓN.
SED, AMIGOS, LOS TESTIGOS DE MI RESURRECCIÓN,
ID LLEVANDO MI PRESENCIA, CON VOSOTROS ESTOY.
Sois una llama que ha de encender
resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz.
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
Sois los amigos que quise escoger.
Sois palabra que intento gritar.
Sois reino nuevo que empieza a engendrar
justicia, amor y verdad.
Sois fuego y savia que vine a traer.
Sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer
fermenta la masa del pan.
Una ciudad no se puede esconder,
ni los montes se han de ocultar;
en vuestras obras que buscan el bien,
los hombres al Padre verán.
o bien
ARCILLA ENTRE SUS MANOS
Eres Madre muy sencilla, criatura del Señor,
Virgen pobre, Madre mía, llena de gracia y amor.
Fuiste arcilla entre sus manos y el Señor te modeló;
aceptaste ser su esclava, siempre dócil a su voz.
YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS,
O QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR. (BIS)
QUIERO DEJAR LO MIO PARA ÉL, PARA ÉL.
YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS,
YO QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR.
No entendías sus palabras
pero respondes con fe.
Dejas que su amor te guíe, confiando siempre en Él.
Por su espíritu de vida te dejaste transformar,
te abandonas en sus manos
para hacer su voluntad.
descarga los otros documentos
Derscargar oraciones
Derscargar Cuentos
Derscargar Pentecostes Juvenil
